Lejos del estereotipo que sugiere el título, este es un libro que devela mordazmente a sus protagonistas, empezando por el narrador, quien pelea con su bagaje de “sudaca resentido” y con un imponderable dominio y capacidad de asombro hacia esta lengua.
Con estos relatos las historias de otros colombianos, mexicanos, peruanos, argentinos y demás perseguidores del sueño americano dejan de ser literatura catalogable que a fuerza de sufrimiento ambiciona escribirse con mayúsculas.
El desafío del autor no es tanto mostrar la supervivencia del protagonista en una ciudad fronteriza sino su voluntad de encarar la vida con autenticidad. De modo que al lector le ofrece, como al que escucha las memorias de un extraño, la opción de ver o sospechar la soledad tras todo vínculo y la ternura amedrentada en la ironía. Sin duda alguna, estos nueve cuentos son el inicio público de una obra importante y sólida que despertará el deseo de seguir a este nuevo talento colombiano.
Lejos del estereotipo que sugiere el título, este es un libro que devela mordazmente a sus protagonistas, empezando por el narrador, quien pelea con su bagaje de “sudaca resentido” y con un imponderable dominio y capacidad de asombro hacia esta lengua.
Con estos relatos las historias de otros colombianos, mexicanos, peruanos, argentinos y demás perseguidores del sueño americano dejan de ser literatura catalogable que a fuerza de sufrimiento ambiciona escribirse con mayúsculas.
El desafío del autor no es tanto mostrar la supervivencia del protagonista en una ciudad fronteriza sino su voluntad de encarar la vida con autenticidad. De modo que al lector le ofrece, como al que escucha las memorias de un extraño, la opción de ver o sospechar la soledad tras todo vínculo y la ternura amedrentada en la ironía. Sin duda alguna, estos nueve cuentos son el inicio público de una obra importante y sólida que despertará el deseo de seguir a este nuevo talento colombiano.